martes, 24 de agosto de 2010
El silencio de los caídos
Entre tampones y zonas agujereadas por el calibre de las balas se presenta la muestra individual del artista plástico nacido en Huanta, Ayacucho; Christian Flores Saavedra. La galería de arte Impromptu de El Cultural acoge por segunda vez a este artista formado en la Facultad de Arte de la Universidad San Agustín de Arequipa. En el 2003 ya nos había visitado con un conjunto de trabajos impresos sobre soporte sintético denominado “Tú y Yo”, temas relacionados con la sexualidad.
“Ni Escenarios, Ni Víctimas, Ni culpables” es el nombre de trece obras en técnica mixta donde el espacio apunta a recuperar los momentos más crueles que le tocó vivir al Perú en la década de los ochenta y Christian Flores experimentó estos instantes oscuros. La propuesta clara y firme de su obra registra una no violencia en espacios sustanciosos, espaciales y de sosegada aplicación.
Haciendo memoria de aquel paro de 1977 que trajo como consecuencia la Asamblea Constituyente presidida por Víctor Raúl Haya de la Torre, se define la constitución de 1979 trayendo cambios sustanciales en la igualdad de la población y el voto de los analfabetos. Esta aparente restauración de la democracia en 1980 con Fernando Belaúnde Terry con promesas económicas inconclusas es violentada con la aparición de sendero luminoso encabezada por Abimael Guzmán profesor de filosofía de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. El estado se declaró en emergencia y las fuerza militarse cometieron acciones indebidas violando los derechos humanos, ya todo era un caos. Quienes hemos vivido esos tiempos recordaremos con exalto de que no vuelva a repetirse este acto desmesurado.
Estos estragos acontecidos en las dos últimas décadas del siglo XX horrorizó al país cayendo 69,280 víctimas según el informa final de la comisión de la verdad.
-La actividad violenta que se vivió en Huanta, Ayacucho; lugar donde nací, denota la inspiración de una moda actual que no es pasajera, de una experiencia que pienso, pocos han vivido, y artistas mucho menos. Este suelo tiene muchas historias que confesar… Yo confieso ante Dios y ante ustedes hermanos, que lo que cuento es verdad… Estas obras, hacen una observación retrospectiva, desde los ojos ingenuos que vieron como juego lo que sucedía y que hoy sólo queda la mirada latente del que espera saber lo que le toca vivir.- Así confiesa el pintor Christian Flores respecto a la temática que sacudió la zona andina del Perú.
Los grandes espacios en la pintura de Flores reflexionan sobre acciones pasadas en una intervención de personajes indistintos, sin nombres y sin categoría familiar, simplemente queda el anonimato de seres sacrificados por las radiaciones nefastas del momento.
El estampado de la mosca es una constante en diversas pinturas donde el sello cumple la función del pigmento. Ha demarcado imágenes y armas con números y fechas intentando recordar el tiempo en que transcurrió estos acontecimientos, quiere hacer memoria de los días trágicos y no logra hallarlo, entonces, busca en personajes de tenue resolución y posturas solitarias esa separación cruda de una realidad que ahora solamente existe en el recuerdo.
Una lluvia de misiles miniaturizados caen sobre un hombre protegido de un paraguas, pero de nada le sirve, esos dardos polvorizados atraviesan todo cuerpo, por otro lado un contingente de hombres semidesnudos quieren romper la línea roja. Una pareja sentada desmemoriada está quieta, ya no quiere retroceder los hechos.
-Aquel espacio de desarrollo histórico circunscrito en un ámbito geográfico, es el que determina las coordenadas conceptuales en el planteamiento, la experiencia personal de atisbo autobiográfico, logra catapultar al espacio tangible algunos momentos olvidados en el vacío existencial de la población cercana a algunas de sus historias; lo anterior nos lleva a plantear que la posible indagación en lo olvidado saca a relucir verdades que en muchos de sus casos no es deseable conocer ó poner en conocimiento, para esto el condicionante poder funciona como elemento manipulador de la historia.- Es la apreciación del artista visual cusqueño Víctor Zúñiga Aedo.
Esta muestra de Christian Flores refresca lo acontecido bajo una propuesta calmada y con observaciones naturales, no ha intervenido el concepto original del tema, más bien, nos muestra una pintura fortalecida por su propia experiencia.