domingo, 18 de septiembre de 2011

Entre Chamanes y misterios del Ande


Nuestros antepasados preincas mantenían una comunicación frecuente con la naturaleza, eso permitía una permanente comunión con el territorio donde habitaban. Desde los cerros llamados Apus hasta las lagunas denominadas Cochas, nuestros ancestros tenían un respeto y una devoción que lograron transmitir a diversas generaciones. Las plantas curativas y ciertos animales sometidos a rituales religiosos eran una costumbre que actualmente se practica en nuestro país.
Algunas regiones con mayores motivaciones desarrollan el ejercicio chamánico y la cura con hierbas. El sanpedro y el ayahuasca son los brebajes que más adeptos tienen por ahora, ambas alucinógenas y de sublimación suprema. Existe en el Perú una importante variedad de flora silvestre mágica y curativa que es utilizada por los denominados médicos naturistas, herbolarios, chamanes, brujos y santeros.
“Encantos y Médicos del Ande” es una propuesta realizada por el artista plástico y arqueólogo Wilo Almanzor Vargas Morales, esta exposición se puede contemplar en la galería de arte de El Cultural. La importancia se suma a esta muestra, en la complementación del registro arqueológico y la intervención plástica visual. Una distribución de elementos y piezas de cerámica nos acerca a reconocer que aun seguimos siendo una cultura mágica y de costumbres muy propias. Ha ubicado al fondo de la sala una mesa típica de un curandero abastecida de fragmentos y plantas que nos conlleva a creer que la sanación se concentra en recuperar nuestra naturaleza más allá de ciertos principios religiosos occidentales.
También nos quiere mostrar que esto no es una simple imaginación, para eso ha tomado como referencia a personajes reales con cierta inclinación curativa; (Pablo Lázaro Villacorta) más conocido como el Doctor Pablito, importante herbolario instalado hasta el año 1979 en la novena cuadra de Independencia en pleno centro de la ciudad, una fila interminable de usuarios esperaban con una credibilidad indesmayable por los menjunjes que el tal don Pablito preparaba con acierto.
(Eduardo Calderón Palomino) El Tuno, es otro de los personajes más estimado y estudiado en Trujillo, estuvo afincado en el balneario de Las Delicias. Su Mesa de trabajo actualmente se halla en el museo de arte americano en Austria. Curaba con el cuy y lograba despejar males internos de las personas. El escritor liberteño Eduardo González Viaña describe al Tuno así; Era su panza lo que más contribuía a las asombrosas proporciones de aquella silueta a contraluz. Su cabeza parecía tallada mil años atrás con unos ojos chinos y una nariz de hacha a los que se añadía una larga cabellera recogida en la forma que lo hicieran los profetas. Por lo menos mide cuatro burros de ancho, me había dicho con el índice del secreto sobre los labios un buen amigo suyo.
Wilo Vargas no ha querido dejar de lado a los actuales brujos que aparentemente profanan los principios de nuestros grandes chamanes de la historia peruana, mucho menos a los mencionados anteriormente. Entre ellos podemos mencionar a Kalula y Gíbaro de quien presenta un video en plena sesión de florecimiento, entre la oscuridad y el resplandor de los cirios emerge el curandero en acto ritual. Algunos que suelen anunciar en diarios nacionales como El Zantero, brujo pactado y de curaciones realizadas en las huaringas. El gran Oscar, La diosa del amor, Doña Dora y otros de discreta publicación periódica.
A todo esto apreciamos que la muestra de INTIPUNKO dirigida por Vargas Morales recupera el concepto folclórico nacional. – Conforme nos remontamos al pasado observamos que la medicina y la enfermedad siempre estuvieron ligadas con la magia y la religión. En aquellos tiempos las prácticas chamánicas tuvieron una difusión planetaria, tal es así, que no existía ningún grupo humano sin la presencia de un hombre-medico, brujo o chamán. Este personaje rodeado de una atmósfera mística, cumplía la función de alejar a los malos espíritus y atraer a los buenos, su conocimiento de plantas medicinales lograba curar el dolor o la enfermedad incrementando su reputación y respeto en el grupo-. Bajo esta percepción registra en la presentación del catálogo Wilo Vargas.
La escultura de un chamán, cirios, un carrito en ruedas con botellas llenas emoliente, cuyes vivos en exhibición, plantas curativas, la infaltable coca fotos y videos de curanderos, y textos que explican nuestra cultura se juntan para refrescarnos que somos parte de ese mundo que se extingue conforme es arrasada por la urbanidad y la impersonalidad de sus habitantes.