El grabado es una técnica que permite la multiplicidad de un original manteniendo la matriz para más adelante ejecutar otras impresiones. Cuando me refiero a grabados epidérmicos, preciso la superficie como el elemento que recoge la pintura para luego ser trasladada al soporte final. Juan Collantes Castañeda, realizó estudios en La Escuela de Bellas Artes de Dusseldorf (Alemania). Actualmente radica en Trujillo y ha instalado un taller donde desarrolla su trabajo de creación, así como la enseñanza de esta técnica en sus diversas variantes.
“Impresión y Expresión” es su tercera muestra individual en nuestra ciudad y se exhibe una sustanciosa selección de obras en la galería de arte Impromptu de El Cultural.
El principio del grabado radica en la impecabilidad de la impresión, es decir, el acabado final debe mantenerse limpio, notándose solamente el área registrada por la tinta. El trabajo de Collantes se orienta primordialmente en los efectos que origina las incisiones y la yuxtaposición de la pintura, las extensiones de planos superpuestos son franjas transparentes que permite observar lo que reposa debajo de las veladuras, de temas alejados de todo contexto académico. Tonos fuertes se adueñan de cuerpos indefinidos y de trazos hundidos por las gubias afiladas. La madera es la pieza fundamental donde reposa todo el trazado original, esta técnica de grabar en madera, denominada xilografía, es la que más utiliza Collantes, sin embargo, una aplicación mixta le permite resolver masas efectistas de color. Le saca provecho a cualquier superficie que le sugiera textura, incluso anda viendo trozos de madera en desuso para poder llevarlos al plano visual. Todo fragmento plano le permite una matriz maravillosa, no se deja endosar por la lisa y lustrosa madera cepillada, entiende que otros soportes le permitirán mayores riquezas ópticas, así como una impresión final diferente a la formal.
Busca a través de una técnica mixta mayores caprichos intentando acercarse a las bondades del aguafuerte y al de la aguatinta, pero su dedicación se resume a la madera y a los extremos que le pueda subrayar cada pieza tratada con las gubias.
El escenario de su trabajo es más confuso que las primeras obras, ahora, los personajes se pierden entre los fondos cruzados de líneas y una ajustada tintura de impresión. El contorno de las figuras ha quedado atrás y sobrevive una atmósfera cercana a densas abstracciones, este matorral de trazos funde la imagen principal saliendo un exquisito conjunto de pequeñas astillas coloreadas, alejándose de la xilografía tradicional, además el recurso de colores que aplica difiere al opaco y limitado grabado escolástico en madera. Asimismo, se complementa al modo del Taco Perdido, donde la coloración discute con la aplicación del óleo.
La contemplación de la pintura, la escultura y el grabado siempre han mantenido un alejamiento de ejecución. El Grabado como técnica utiliza una matriz y, por eso se le ha considerado un subproducto de la pintura. Otros afirman que, El Grabado por su calidad de ser múltiple en su tiraje, desplaza a las otras artes plásticas. Se puede ver la misma obra original de manera simultánea en diversos lugares; esto permite el Grabado. La pintura por ser única, sólo se aprecia en un determinado espacio.
Estas diferencias se quiebran cuando el espectador requiere de una gama de obras donde el significado aplasta toda contienda de elaboración plástica.
-Ha pasado algún tiempo desde la primera muestra que expuse en Trujillo. En serio que desde ese entonces, me he sentido un artista importante, a lo mejor el más importante, pues sentía que el público admiraba mi obra. Y eso que aún estaba estudiando. Pero luego me di cuenta que eso no era cierto, que todavía estaba en pañales y que el arte es una constante lucha, interminable, un largo camino por recorrer-. Así determina Juan Collantes sobre sus primeras experiencias.
Esta veintena de grabados que nos toca apreciar, escasamente observados en Trujillo, obras de calidad que se sacude de la pintura para mostrarnos simplemente una parte de lo que se puede realizar a partir de soportes inservibles y superficies maltratadas por la intemperie o por el uso cotidiano del hombre. Una obra que tiene mayores aceptaciones en otros continentes y que apertura una opción para ser arte, disciplina rigurosa que requiere de una dedicación permanente. Juan Collantes nos trae su trabajo para compartir ese silencio occidental que lleva por dentro, su alma mater y parte de su formación académica reposa en la Germania.
Su paso como docente en la escuela de bellas Artes de Trujillo, este año quedó inconclusa, una lástima por parte de esta institución académica al no asumir la seriedad que debe mantener como forjadora de futuros artistas.